La ortodoncia con brackets autoligados es una tecnología relativamente reciente que por sus características ofrece una serie de ventajas muy interesantes y que un ortodoncista debe valorar como opción a tener en cuenta cuando realiza un diagnóstico y decide el tipo de ortodoncia más adecuada para el paciente tanto desde el punto de vista médico como desde la faceta personal de cada persona que se enfrenta a un tratamiento ortodóntico.
Al igual que en los tratamientos de ortodoncia con brackets tradicionales, en el tratamiento de ortodoncia con autoligados, los brackets también mueven los dientes a través de las fuerzas que ejerce la memoria elástica del arco trasmitida al diente a través de los brackets. Partiendo del mismo concepto y procedimiento, una de las diferencias más importantes es que los brackets autoligados no utilizan ligaduras de goma para fijarse al arco.
Esta, que en principio puede parecer una diferencia intrascendente, resulta determinante para algunos aspectos de un tratamiento con ortodoncia como la duración del mismo o las mejoras en la calidad de vida del paciente sometido a estos tratamientos para corregir la posición de los dientes. Vamos a ver en qué consisten esas diferencias.
Ortodoncia con brackets autoligados
La tecnología de los brackets autoligados permite eliminar la fricción de éstos con el arco. Nos explicamos. Los brackets tradicionales van sujetos al arco con unas pequeñas gomas. Aunque la tecnología de estas ortodoncias ha ido evolucionando y mejorando con la experiencia y la evidencia científica, el sistema de sujeción con gomas permite pequeños desajustes de la posición del bracket con respecto al arco. Los brackets autoligados se sujetan directamente al arco gracias al sistema de anclaje del propio bracket lo que consigue sujetarlo de manera más efectiva al arco, corrigiendo en menos tiempo la posición de los dientes, requiriendo menos ajustes (lo que se traduce en una mayor comodidad para el paciente que tiene que visitar con menor frecuencia la consulta del dentista) y con resultados incluso más predecibles que los que ofrecen los sistemas de brackets convencionales.
Los brackets autoligados están especialmente indicados en aquellos pacientes que prefieren acortar los tiempos de tratamiento y no están especialmente preocupados en los aspectos estéticos de llevar una ortodoncia con brackets.
Los autoligados en números
La duración de cualquier tipo de ortodoncia siempre vendrá determinada por la situación concreta de cada paciente y será únicamente el ortodoncista el que pueda determinarlo. Siendo esto así, la experiencia clínica establece unas horquillas temporales aproximadas para cada tipo de tratamiento y con los brackets autoligados el tiempo que el paciente tendrá que llevar la ortodoncia se reduce de manera significativa. Teniendo en cuenta que cada paciente requiere un tratamiento individualizado, en líneas generales podríamos decir que un tratamiento de ortodoncia con brackets autoligados viene a durar entre 14 y 18 meses.
Como recordaréis, otra de las ventajas de los brackets autoligados es que requieren menos ajustes, por lo que el paciente en tratamiento ortodóntico con este tipo de ortodoncia visitará menos veces al dentista para las necesarias revisiones. Mientras que con un tratamiento de ortodoncia invisible las visitas al dentista se realizan aproximadamente cada 15 días, las revisiones en un tratamiento con autoligados se realizan aproximadamente cada mes o mes y medio. En los tramos finales del tratamiento, cuando el arco es más grueso, pueden incluso espaciarse más en el tiempo.
El costa o precio del tratamiento de ortodoncia con brackets autoligados depende de las particularidades de cada paciente y siempre se requerirá un diagnóstico para cerrar un presupuesto.
Proceso del tratamiento de ortodoncia con brackets autoligados
En primer lugar, el ortodoncista realiza una exploración física del paciente y practica pruebas médicas (radiografías, ortopantomografías, etc.) con las que obtiene los registros necesarios que determinarán el mejor tratamiento en cada caso.
Además de las radiografías, tu dentista te realizará fotografías intraorales y extraorales y, en caso de que resulte necesario, se podría solicitar una tomografía axial computarizada (TAC dental). Esta prueba diagnóstica solo se requiere en casos complicados.
Una vez que tu ortodoncista ha determinado un diagnóstico y habéis optado por una ortodoncia con brackets autoligados, el tratamiento consiste en la colocación de la ortodoncia y las posteriores revisiones en las que se procede a cambiar el arco y realizar los ajustes pertinentes. Durante las siguientes visitas, tu ortodoncista se asegura de que los movimientos de tus dientes son correctos e irá realizando los ajustes necesarios para conseguir alinear perfectamente tus dientes. Las revisiones son, habitualmente, cada mes o mes y medio aunque en el tramo final del tratamiento en el que el arco es más grueso, las visitas pueden llegar a espaciarse hasta los dos meses.
Ventajas del tratamiento de ortodoncia con brackets autoligados
- Provocan menos llagas y rozaduras en la cavidad oral que los brackets convencionales.
- La ausencia de ligaduras de sujeción al arco permite que se acumule menos placa en los brackets.
- Son más higiénicos y fáciles de limpiar.
- Acorta la duración del tratamiento, especialmente en comparación a los tratamientos de ortodoncia invisible.
- Requiere menos visitas al dentista para realizar ajustes.
Por si no lo sabéis, nunca es tarde para un tratamiento de ortodoncia. Consulta a tu dentista y te orientará en el mejor tratamiento para tu caso. En el Instituto CIMEV estaremos encantados de atenderte. 😉
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