Claves para el éxito de un tratamiento de implantes dentales
Los tratamientos de implantes dentales se han convertido en una de las mejores maneras de solucionar la ausencia de uno o varios dientes. Incluso pacientes edéntulos que han perdido totalmente la función masticatoria, visto malograda y reducida su función fonadora y arruinada su estética dental, pueden recuperar hoy en día dichas funciones y mejorar su calidad de vida gracias a la implantología bucodental.
Los nuevos materiales de implantes y los nuevos diseños de superficies nos permiten, además, devolver las funciones y la estética dental de los pacientes en tan sólo 24 horas gracias a los implantes inmediatos pero, a pesar de los avances y la evidencia científica al respecto de este tipo de tratamientos, la inserción de una raíz artificial tanto en un maxilar como en la mandíbula supone una serie de riesgos que el facultativo debe conocer y manejar para evitar lo que conocemos como el fracaso del implante.
Del mismo modo, el odontólogo deberá siempre tratar de salvar los dientes naturales del paciente y valorar siempre los tratamientos de implantes cuando es imposible mantener la dentición natural con tratamientos conservadores o restauradores. De hecho, el objetivo del tratamiento debe centrarse siempre en recuperar la función masticatoria y contemplar las cuestiones estéticas como una consecuencia del tratamiento y no como un objetivo en si mismo.
Por estos motivos, el facultativo deberá tener en cuenta una serie de claves de cuya observación dependerá en gran medida el éxito de un tratamiento de implantes dentales.
Clave 1: la importancia de unas encías sanas
Una encía enferma es un elemento de riesgo para un tratamiento de implantes. Enfermedades periodontales como la periodontitis pueden ser la causa directa del fracaso de un implante o reducir la eficacia de este recurso y acortar su vida media. No en vano, la periodontitis es el principal factor de riesgo para el desarrollo de una periimplantitis.
Al mismo tiempo, una periodontitis en fase avanzada es una de las causas más comunes de pérdida de los dientes pero el tratamiento de rehabilitación oral mediante implantes deberá llevarse a cabo sólo después del preceptivo tratamiento periodontal y en unas encías en las que la enfermedad periodontal haya sido tratada y controlada.
Clave 2: mantenimiento y cuidados
La periimplantitis es un proceso inflamatorio e infeccioso del tejido periimplantario (mucosa oral y hueso) que aparece en los implantes osteointegrados y que constituye una de las principales causas de fracaso de un implante.
Aunque la periimplantitis, al igual que la periodontitis, tiene una etiología multifactorial, la higiene dental es una de la principales causas de ambas patologías y, en ambos casos, el facultativo deberá tomar una serie de medidas para controlar la estabilidad del tejido periimplantario y su higiene estableciendo visitas periódicas de control y recomendando una serie de pautas de higiene bucodental que el paciente deberá asumir para maximizar las posibilidades de éxito del implante.
Además de las correctas pautas de higiene bucodental marcadas por el facultativo, el paciente deberá adoptar hábitos de vida saludable como el abandono del consumo tabáquico o de alcohol, factores de riesgo determinantes en el éxito o fracaso de un tratamiento de implantes demostrados por la evidencia científica.
Calve 3: Los riesgos de los implantes osteointegrados
Cuando se coloca un implante, el implantólogo practica una cavidad del tamaño del implante en el hueso maxilar o mandibular en el que se introduce el tornillo que dará soporte a la prótesis dental. Estos tornillos (que es lo que son los implantes) suelen ser de titanio o zirconio. Estos materiales, biocompatibles e hipoalergénicos, evitan el rechazo y permiten al organismo crear hueso a su alrededor para que, tras un periodo de cicatrización, el implante quede integrado con el hueso. Es lo que se conoce como osteointegración del implante dental.
Sin embargo, existen una serie de causas que pueden complicar la integración del implante en el hueso como la contaminación del implante durante la cirugía , la insuficiencia de lecho óseo, un mantenimiento o control inadecuado o la aplicación de excesiva presión sobre el implante en fases tempranas de cicatrización y regeneración del hueso.
El manejo de estos factores dependerá de la formación y experiencia del facultativo y de su capacidad de diagnóstico y planificación del tratamiento y de la implicación del paciente en el correcto mantenimiento postoperatorio.
Clave 4: la respuesta a la inflamación y la infección
Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta en el mantenimiento postoperatorio y en el control durante la vida del implante es la distinta respuesta que éste presenta frente a procesos inflamatorios e infecciones en comparación con los dientes naturales.
Debido a las diferencias entre el tejido periimplantario y la anatomía de la encía que rodea al diente, el implante está sobreexpuesto a los procesos inflamatorios e infecciosos por lo que la boca del paciente de un tratamiento de implantes debe encontrarse en perfecto estado de salud periodontal y el control e higiene tras la intervención y durante la vida del implante debe estar correctamente definido.
Clave 5: Convivencia con otras enfermedades
Existen patologías de la salud del paciente que deben tenerse en cuenta a la hora de plantear un tratamiento de implantes. Enfermedades como la diabetes no controlada, la osteoporosis o patologías que requieran el tratamiento con fármacos inmunosupresores pueden suponer un factor de riesgo para el éxito de un implante que el facultativo deberá tener en cuenta para el correcto diagnóstico.
Instituto CIMEV