Alergias y Salud Bucodental
Las alergias también pueden afectar a la cavidad bucal y los dientes y, con la llegada de la Primavera, el despertar de muchas alergias puede influir negativamente en nuestra salud bucodental.
Según datos de 2018 de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), se van a registrar niveles muy altos de diferentes pólenes esta primavera en todo el territorio español por lo que no está de más informarnos sobre la relación entre las alergias y la salud de nuestra boca y nuestros dientes.
Las alergias relacionadas con el sistema respiratorio como pueden ser las reacciones al pelo de determinados animales, al polvo, a los ácaros o al polen provocan una serie de síntomas en nuestro organismo que afectan a nuestra cavidad bucal. Cuando nuestro cuerpo trata de luchar contra este tipo de alergias, algunos de los síntomas más comunes son la secreción de mucosidad nasal y los problemas respiratorios. Estos síntomas, además de ser terriblemente molestos para el paciente alérgico, pueden afectar indirectamente a la salud de nuestra boca y dientes ya que pueden provocar desde sequedad en la cavidad bucal hasta la obstrucción y dolor de dientes derivado de la congestión de los senos paranasales.
Sinusitis maxilar y dolor dental
Los senos paranasales son un conjunto de cavidades comunicadas con las fosas nasales cuya función es, entre otras, favorecer la capacidad fonadora, respiratoria y olfativa. Son ocho en total y en función de su localización los podemos dividir en cuatro grupos: los senos frontales, etmoidales, esfenoidales y maxilares.
Entre estos cuatro grupos de senos, los maxilares representan las cavidades más grandes y están situados a ambos lados de la nariz y directamente sobre el maxilar. De hecho, los senos maxilares son los más grandes de todos los senos paranasales con una capacidad aproximada de 15 ml. Cuando nuestro cuerpo lucha contra una alergia, uno de los síntomas más comunes es la congestión de estas cavidades ya que nuestro organismo produce mucosidad como barrera frente a los alérgenos. Cuando los maxilares se llenan de moco se produce lo que llamamos una sinusitis maxilar.
Esta mucosidad presiona las paredes de los senos maxilares provocando dolor en el rostro asociado a la sinusitis maxilar que puede irradiar a la zona frontal provocando frecuentes dolores de cabeza, a la cavidad bucal con dolor de dientes e incluso a los oídos y la zona ocular.
Alergia y sequedad bucal
Al mismo tiempo, la sinusitis maxilar o la congestión sinusal provocada por una rinitis alérgica provoca que el paciente que la padece no pueda respirar con normalidad obligándole a respirar por la boca.
La saliva es la protección natural que tiene nuestro organismo para mantener el equilibro del pH de nuestra boca y contrarresta la acidez de algunos alimentos. Al respirar por la boca, la cantidad de saliva en la cavidad bucal es menor, nuestra boca se reseca y disminuye el pH oral. Al igual que sucede cuando realizamos ejercicio físico intenso, la sequedad de la boca provoca que el pH oral pierda su equilibrio y se vuelva ácido. Si esta situación no se corrige y/o se repite periódicamente en el tiempo, puede provocar la desmineralización del esmalte dental favoreciendo la acumulación de cálculo supragingival y patologías como la caries o la periodontitis.
Del mismo modo, los antihistamínicos, fármacos recomendados por médicos y farmacéuticos para tratar las alergias, son una causa conocida de sequedad bucal.
Prevención y tratamiento
Como hemos visto, las alergias no afectan directamente a la boca y los dientes pero algunos de sus síntomas (congestión de las cavidades sinusales) sí pueden generar problemas en nuestra salud bucodental. Es por ello que la mejor manera de proteger nuestros dientes de los efectos de las alergias sea combatir la propia alergia.
El problema es que el tratamiento de la alergia es paliativo y uno de los efectos secundarios de los antihistamínicos que reducen sus síntomas es, precisamente, la sequedad bucal.
Como afirma la Dra. González, Coordinadora del Instituto CIMEV, “lo más importante es que ante la aparición de sintomatologías propias de la alergia, el paciente se ponga en manos de un alergólogo especialista y, una vez diagnosticada la causa de la alergia y establecido un tratamiento, se acuda al dentista ante la primera evidencia de afección en la cavidad bucal o en los dientes para poder determinar el caso y el posible tratamiento”.
Además, y durante los meses que puede durar una alergia, es importante que el paciente mantenga una serie de hábitos que van a ayudar a prevenir de los efectos de los síntomas de la alergia en la salud bucodental:
· Hidrátate correctamente
Beber más agua mantendrá tu boca y tu cuerpo mejor hidratados. Además de corregir la sequedad bucal ayudará a tu organismos a eliminar la mucosidad en las cavidades paranasales facilitando la respiración.
· Gárgaras con agua salada
Disuelve el contenido de una cucharada pequeña de sal en un vaso de agua a temperatura ambiente y haz gárgaras tres veces al día. Esto te ayudará a reducir la congesión de los senos paranasales.
· Cepíllate más amenudo
Y utiliza con frecuencia el hilo o seda dental. Cuando tienes la boca seca es más fácil que proliferen las bacterias en tu boca y por eso es tan importante mantener una correcta higiene bucodental en los periodos en los que te veas afectado por cualquier alergia.
· Trata tus alergias.
Controlar sus alergias puede ayudar a reducir el impacto que tienen sus síntomas en la boca. Es imprescindible visitar al médico para cualquier consulta.
· Consulta con tu dentista
Si tienes programada una visita al dentista no la pospongas. Una revisión en este momento puede ayudarte a prevenir problemas mayores. Y si estás sufriendo los síntomas de una alergia y notas cualquier molesta en los dientes, pide cita y ponte en manos de tu odontólogo para que diagnostique si tus molestias se deben a problemas relacionados con la alergia o no.
Instituto CIMEV ·
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