El cepillo de dientes, ¿un problema para tu salud bucodental?

cepillo de dientes

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Sí. Puede llegar a serlo. Aunque una de las herramientas más importantes en la higiene bucal es el cepillo de dientes, dada la importancia de mantener unos dientes sanos, utilizar el cepillo adecuado, mantenerlo en perfecto estado y reponerlo en su debido momento es, si cabe, tan importante o más que cepillarse los dientes tres veces al día.

Por eso, y porque puede convertirse en un problema para tu salud bucodental, en este artículo vamos a daros unos consejos para elegir, mantener y saber cuándo cambiar el cepillo de dientes. Seguro que hay detalles que ni imaginabas.

Limpieza igual a prevención

Una correcta higiene bucal es la mejor manera de prevenir enfermedades de los dientes como la caries o patologías de las encías como la periodontitis. En nuestra clínica dental en Valencia,  nuestro instrumental está sometido a un riguroso control de limpieza y desinfección. De hecho, gran parte de nuestro material es desechable y aunque somos conscientes de que va a ser complicado que en casa, nuestros pacientes, sigan los procedimientos que se realizan en una clínica dental, sí es importante que se sigan unas pautas de mantenimiento para que sus cepillos dentales no se conviertan en un enemigo en lugar de un aliado contra las enfermedades de la boca.

Para empezar, hay que tener en cuenta que los cepillos de dientes se encuentran en el cuarto de baño, un lugar de la casa en el que se dan las condiciones perfectas para el desarrollo de bacterias: humedad y calor.

Al mismo tiempo, en muchos hogares tenemos la costumbre de colocar todos los cepillos dentales en un mismo recipiente por lo que muchas veces entran en contacto unos con otros, facilitando la posibilidad de que las bacterias y los gérmenes de algún miembro de la familia pasen a los cepillos de otros.

Observando esta realidad, un primer consejo bastante evidente sería no almacenar los cepillos de dientes en el mismo recipiente para evitar posibles contagios de infecciones y enfermedades (en caso de que las haya) o simplemente para mantener nuestro cepillo lo más aislado posible de bacterias.

Y en caso de que te hayan detectado una caries, cambia tu cepillo en cuanto te la hayan tratado. Con casi total seguridad, algunas cepas bacterianas cariogénicas se habrán “quedado a vivir” en tu cepillo.

Los pacientes sometidos a quimioterapia deben cambiar sus cepillos de dientes cada 3 días.

No apuremos al máximo nuestro cepillo

Por regla general, aconsejamos que el cepillo de dientes se cambie cada tres meses. Sin embargo, en algunas circunstancias, es posible que sea recomendable cambiarlo cada menos tiempo, por ejemplo, en caso de que estemos en tratamiento de enfermedades de las encías. En este caso, y dependiendo de la enfermedad y de su fase, deberá ser siempre el dentista el encargado de indicarnos la frecuencia de cepillado, el tipo de cepillo más indicado y, en su caso, si es o no recomendable el uso de seda dental o colutorio.

En caso de que tengamos una boca sana, el riesgo de no renovar nuestro cepillo de dientes cada cierto tiempo es el de contraer enfermedades periodontales a consecuencia de los hongos y bacterias que permanecen en sus cerdas.

Un buen cepillo, un buen cepillado

Además, para conseguir un correcto cepillado, es importante que el cepillo no esté deformado por el uso.

Cepillos de dientes
No es recomendable guardar los cepillos de dientes juntos.

Seguro que os habréis fijado que, con el tiempo, las cerdas del cepillo de dientes ceden a la presión que ejercemos con ellas contra los dientes y acaban debilitándose y doblándose hacia afuera. Cuando esto sucede, el cepillo deja de ser eficiente ya que las cerdas no pueden limpiar correctamente entre los dientes y la mayor parte de los restos de la comida permanecerán adheridas a los dientes favoreciendo la aparición de placa y el desarrollo de caries y enfermedades.

Puede resultar interesante, especialmente para educar a los más pequeños en una correcta higiene bucal, utilizar unos cepillos que adaptan un perfil de color a las puntas de las cerdas que se va desvaneciendo con el uso. Cuando este color desaparece, el propio cepillo nos indica que deberíamos reemplazarlo por uno nuevo. Como os decíamos, puede resultar una buena manera de educar a nuestros hijos comprobar con ellos de vez en cuado cómo está el color de sus cepillos para acostumbrarlos a vigilar su estado y concienciarlos de que hay que cambiarlos cada cierto tiempo.

¿Lo protegemos con un capuchón? Mejor no.

Hay algunos cepillos que incorporan un capuchón para cubrir la zona de las cerdas. En principio, esta parece la solución a casi todos los problemas. Aísla de los gérmenes del resto de cepillos y protege sus cerdas del ambiente húmedo del cuarto de baño. Pues, curiosamente, es al contrario.

Evidentemente sí puede proteger del contacto con otros cepillos, pero las capuchas provocan que el cepillo esté más tiempo húmedo lo que unido a la temperatura del baño aumenta el crecimiento bacteriano.  Y lo mismo pasa en los típicos armarios de baño, así que mejor que estén secos y al aire.

Lo mejor es que cada cepillo se guarde en un lugar en el que no esté en contacto con otros cepillos y que para limpiarlo, se aclare tras el cepillado con agua abundante y que se sacuda con energía para tratar de que no quede agua entre sus cerdas. Utilizar algún producto desinfectante tras el cepillado y secarlo totalmente con un algodón limpio sería lo perfecto

Esto no te lo vas a creer… pero es totalmente cierto.

El análisis de unas muestras de cepillos de dientes en un estudio de la Universidad de Quinnipiac halló bacterias fecales en el 60% de los cepillos de dientes analizados. Ni que decir tiene de lo poco salubre que esto resulta, por eso, una de las recomendaciones que hacemos los facultativos (aunque parezca extraña) es tirar de la cadena del baño con la tapa bajada.

Conclusiones

Como veis, son unas sencillas pautas que requieren muy poco esfuerzo por nuestra parte y que nos evitarán en muchos casos molestas enfermedades y/o tratamientos. Básicamente, resumiríamos nuestros consejos para mantener vuestros cepillos de dientes en estos ocho:

  • Guarda tu cepillo de dientes en un lugar abierto.
  • Colócalo alejado de fuentes de calor.
  • Evita que diferentes cepillos de dientes entren en contacto.
  • Aléjalos del váter y tira de la cadena con la tapa bajada.
  • Sécalo lo máximo posible tras cada cepillado y déjalo secar totalmente al aire.
  • No utilices un capuchón, aumenta el crecimiento de bacterias.
  • Utiliza un desinfectante para tu cepillo tras cada cepillado o por lo menos una vez al día.
  • Cambia tu cepillo de dientes cada 3-4 meses.

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Instituto CIMEV | Implantes Dentales Valencia