Cuidados de la salud bucodental en verano. Parte I.

Cuidados de la salud bucodental en verano. Parte I.

Alimentación y salud bucodental

Inevitablemente, el verano se asocia al relax, pero esto no debe extenderse a las medidas básicas de higiene bucodental. Además, mantener una dieta saludable es imprescindible para la prevención de muchos tipos de enfermedades, pero también para mantener una adecuada salud bucodental.

La importancia de una alimentación saludable

Básicamente, los alimentos que protegen la salud oral se incluyen dentro de la denominada dieta mediterránea que fomenta el consumo de frutas, verduras, pescado y aceite de oliva, limitando el consumo de azúcares y carnes rojas.

Las frutas y verduras son una importante fuente de nutrientes, vitaminas, fitoquímicos y fibra que funcionan como antioxidantes y antibacterianos estimulando, además, la inmunidad celular. Consumir al menos 5 piezas diarias, puede ayudar en la prevención de las enfermedades periodontales, reduciendo la pérdida de dientes y mejorando la calidad de vida relacionada con la salud oral.

Además de ser saludable, ingerir fruta fresca y vegetales crudos como el apio, la manzana, la zanahoria y la sandía refrescan el aliento, pudiendo ayudar también a reducir la placa bacteriana.

En cuanto a las bebidas, es importante limitar el consumo de zumos envasados y bebidas energéticas o carbonatadas. Su alto contenido en azúcar y dióxido de carbono supone un riesgo para la formación de caries, así como incrementa la sensibilidad dental y erosión del esmalte. Es fundamental mantenerte hidratado bebiendo dos litros de agua al día; esto ayuda a mejorar la sequedad bucal y a contrarrestar la pérdida de líquidos producida por la sudoración.

Beneficios de las vitaminas para la salud oral

– Vitamina A: ayuda a mantener la salud de los dientes y de los tejidos blandos de la boca, así como el flujo salival. Además, mantener unos niveles adecuados de vitamina A puede ayudar en la prevención de infecciones. Se encuentra en alimentos como el melón, los tomates, el mango, la lechuga, las zanahorias, las coles o las espinacas.

– Vitamina B: ayuda al organismo a crear células nuevas y reduce la inflamación. Su déficit puede favorecer la aparición de aftas bucales (pequeñas ulceraciones, a modo de llagas). Estas vitaminas están presentes en frutos secos, huevos, salmón, pollo, ternera, leche, frijoles, ostras, espinacas y legumbres.

– Vitamina C: es imprescindible para el crecimiento y la reparación de tejidos. Mantener unos niveles adecuados de vitamina C es esencial para prevenir la inflamación de las encías. La podemos encontrar en alimentos como naranjas, pomelos, pimientos verdes, pimientos rojos, kiwi, brócoli, fresas, melón y tomate. El contenido de vitamina C de un alimento podría disminuir al cocinarse o almacenarse por tiempo prolongado; sin embargo, las mejores fuentes de vitamina C, como las frutas y verduras, se comen crudas.

– Vitamina D: mantener unos niveles adecuados de vitamina D es imprescindible para que el sistema inmunitario pueda combatir virus y bacterias. Además, ayuda al organismo a absorber el calcio, una de las sustancias más importantes para tener los huesos fuertes. De forma natural, hay pocos alimentos que contengan vitamina D; en la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, se encuentran las mejores fuentes naturales de vitamina D.

Además, la mayor exposición al sol, así como la práctica de un número mayor de actividades deportivas al aire libre, puede aumentar el riesgo de aparición de lesiones en los labios o aumentar la incidencia de traumatismos dentales. En próximos artículos hablaremos sobre cómo prevenir los traumatismos dentales.

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Fuente: SEPA