Cirugía mucogingival previa a un tratamiento de ortodoncia
Suele afirmarse que uno de los falsos mitos asociados a la ortodoncia es que puede provocar recesión gingival, un proceso en el que las encías se retraen dejando al descubierto la raíz del diente. Sin embargo, si la cortical y el biotipo son muy finos, incluso un tratamiento ortodóncico correctamente planteado puede provocar la retracción de las encías.
Lo que sí podemos afirmar es que un tratamiento de ortodoncia puede agravar una recesión gingival.
Desde la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedida Dentofacial (SEDO), por ejemplo, insisten en “la importancia de que las encías estén en buen estado de salud para que el tratamiento ortodóncico no provoque movimientos en que puedan dañar el periodonto o lleven la raíz hacia fuera del hueso”.
Como explican desde SEDO, “el periodonto es la estructura a través de la cual el ortodoncista mueve los dientes, por lo ello, en parte, el éxito de un tratamiento ortodóncico depende de la integridad de que los tejidos periodontales estén sanos. Por ello antes del tratamiento ortodóncico ha de realizarse una valoración del estado de las encías, ya que algunos movimientos ortodóncicos pueden afectar el periodonto y los tejidos gingivales”.
En esta valoración de las encías previa a un tratamiento de ortodoncia, cabe la posibilidad de que el periodoncista se encuentre con un problema relativamente común; la recesión gingival. Y, en estos casos, puede ser preceptivo realizar un injerto previo a la ortodoncia.
Qué es una recesión gingival
La recesión gingival se describe como la exposición de la superficie radicular del diente debido a la migración del margen gingival, que se localiza apical a la unión amelocementaria y, uno de sus factores etiológicos predisponentes es la malposición dentaria.
Es decir, que una incorrecta posición de los dientes puede ser la causante de una recesión gingival que puede empeorar si no se corrige antes del tratamiento ortodóncico.
Como explican nuestros compañeros de SEDO, “al mover los dientes con ortodoncia, en realidad, lo que se está haciendo es destruir hueso en un lado y crear hueso en otro lado. Normalmente, en un tratamiento ortodóncico se forma hueso a la misma velocidad que se elimina. Sin embargo, si se inicia la ortodoncia en una situación de enfermedad periodontal en la que ya se está destruyendo hueso debido a ese problema, se va a destruir más hueso del que se va a formar (el proceso de eliminación de hueso será más rápido que el proceso de creación), con lo cual la encía sube”.
Es decir, que el retroceso gingival no es consecuencia del tratamiento ortodóncico, pero la ortodoncia puede agravar un estado de enfermedad periodontal en general y un problema de retracción de las encías en particular.
En el caso que os presentamos en esta publicación, la Dra. González practicó un injerto de encía a una paciente con recesión gingival Clase II como procedimiento previo a un tratamiento de ortodoncia.
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