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Qué es una recesión gingival

Qué es una recesión gingival

La retracción de las encías – o recesión gingival – es el proceso por el cual los márgenes gingivales se desplazan desde su posición normal localizada en el límite entre la corona y la raíz del diente a zonas por debajo de este límite dejando expuesta parte de la superficie de la raíz.

Causas de la recesión gingival

recesion gingivalSi bien hay autores que diferencian entre factores predisponentes y factores desencadenantes (1) la etiología de la recesión gingival se puede considerar multifactorial y puede estar provocada por causas tan diferentes como la edad, un traumatismo provocado por un incorrecto cepillado, restauraciones protésicas inadecuadas o una malposición de los dientes. En este último caso, un diente vestibularizado en un apiñamiento puede llegar a provocar que la cortical vestibular se reabsorba al tener menor grosor y que esta reabsorción del hueso arrastre consigo la encía provocando una recesión gingival. Estas malposiciones pueden ser naturales o estar causadas por complicaciones tras un tratamiento ortodóncico (2) ya que, en ocasiones, para abanicar y alinear los dientes apiñados, la ortodoncia empuja los dientes hacia delante desencadenando el proceso de reabsorción del hueso vestibular y la consiguiente recesión gingival que acabamos de describir.

También puede darse una retracción de las encías por pérdida de tejido causada por la enfermedad periodontal, como consecuencia de los frenillos labiales a nivel de los dientes anteriores (incisivos) o por cambios hormonales durante el embarazo y la menopausia o la pubertad.

La evidencia científica apunta al cepillado traumático como causa principal de las recesiones en pacientes jóvenes y la enfermedad periodontal como causa principal en pacientes adultos (3).

Todos estos factores pueden causar la retracción de las encías, pérdida de la papila interdentaria y la creación de un espacio interdental abierto (troneras).

Clínica de la recesión gingival

La evidencia a la exploración de una recesión gingival es la exposición del cemento radicular que provoca en el paciente hipersensibilidad dentinaria.

En lo referente al apartado estético, el paciente presenta lo que suele definir como “un diente más largo y oscuro”.

En lo estrictamente funcional, la exposición del cemento radicular puede generar esta hipersensibilidad dentaria ya que, al ser un material más poroso que el esmalte, no protege con la misma eficacia la dentina. Es en estos casos en los que el paciente refiere dolor o molestias al comer, beber e incluso al cepillarse los dientes.

Sin embargo, lo que puede llegar a ser más problemático de una recesión gingival es que la acumulación de restos alimenticios y la aparición de placa y cálculo en la zona expuesta a consecuencia de la retracción de la encía adherida puede llegar a provocar problemas periodontales cuando la recesión alcanza o supera la línea mucogingival.

Tratamiento de la recesión gingival

que es recesion gingivalCuando nos enfrentamos a un caso de retracción de las encías, es posible que el paciente se presente asintomático en lo que a la hipersensibilidad dentaria y la inflamación se refiere y que la estética no sea motivación suficiente para que éste decida someterse a tratamiento. En estos casos podemos limitarnos a mantener un control y seguimiento de la evolución de la recesión a no ser que observemos que se compromete la integridad del diente.

En caso de que se advierta movilidad causada por la pérdida de soporte del diente a consecuencia de la reabsorción del hueso vestibular y/o detectemos problemas periodontales tendremos que alertar al paciente de la conveniencia de, al menos, recuperar grosor de tejido para evitar mayores problemas.

Sellado dentinario

En caso de que la recesión no esté muy avanzada, el paciente no refiera problemas estéticos y únicamente nos enfrentemos a un problema de hipersensibilidad dentaria, podemos recurrir a un sellado dentinario.

El proceso requiere de barnices, imprimaciones y/o precipitados que contienen glutaraldehído y metacrilato de hidroxietilo (HEMA) y agentes de polimerización.

Estos se presentan en forma de un material líquido transparente que se extiende sobre el cemento radicular expuesto. Este material solidifica al polimerizarlo creando una capa que sella los túbulos dentinarios reduciendo el problema de hipersensibilidad.

En casos de hipersensibilidades leves, por lo general, el tratamiento puede llegar a reducirse al uso de pastas dentífricas, colutorios o chicles ricos en fluoruros, oxalatos y/o sales de potasio entre las que podemos destacar el nitrato de potasio en pasta por ser la más común.

Los iones de potasio entran en los túbulos dentinarios y se acumulan en el fluido dentinal, donde tienen un efecto despolarizante en la conducción eléctrica del nervio, causando que las fibras nerviosas sean menos excitables a los estímulos, lo que reduce la sensación de dolor del paciente.

Cirugía Mucogingival

En caso de que la recesión gingival esté en una fase avanzada, será necesario plantear el tratamiento a través de procedimientos quirúrgicos para corregir los defectos de la encía y los tejidos blandos que rodean el diente. Los procedimientos más frecuentes de cirugía mucogingival para tratar la retracción de las encías son:

  • Colgajos de avance

En casos de recesiones gingivales leves, los tratamientos más frecuentes son los colgajos de avance, que pueden ser colgajos de reposición coronal (CAF) descritos por Zucchelli y de Sanctis (4), colgajos de reposición lateral o la técnica de sobre descrita por P. Raetzke (7) entre otras. Este tipo de tratamientos son los más indicados para retracciones moderadas de la encía ya que resulta menos traumático al no requerir injerto de tejido conectivo. Grosso modo, el cirujano practica incisiones liberadoras en distal  – sobrepasando o no la línea mucogingival dependiendo del caso – para separar el colgajo con el que se cubre la zona expuesta.  A continuación, se sutura el colgajo en su nueva localización cubriendo la raíz dentaria.

  • Injertos

Los tratamientos con injertos dependerán del tipo de recesión y las características de ésta.

Desde los inicios de la Odontología se han realizado diferentes clasificaciones de las recesiones gingivales (5 y 6). En 1985, el Dr. Preston D. Miller Jr. realizó una clasificación de las recesiones gingivales (6) que, a día de hoy, sigue siendo clínicamente la más utilizada para describir la recesión gingival:

Clase I: Recesión de los tejidos marginales que no alcanza la línea mucogingival.

Clase II: Recesión de los tejidos marginales que se extiende o va más allá de la unión mucogingival sin pérdida de hueso o tejidos blandos en el área interdental.

Clase III: Recesión de los tejidos marginales que se extiende más allá de la unión mucogingival con pérdida de la inserción periodontal en el área interdental o mala posición dentaria.

Clase IV: Recesión de los tejidos marginales que se extiende más allá de la unión mucogingival. Presenta pérdida severa de hueso o tejido blando en el área interdental y/o severa malposición dentaria.

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Toma del injerto del tejido del paladar.

La toma del injerto se puede realizar del paladar o de la tuberosidad del maxilar y la elección de una localización u otra dependerá de la cantidad de tejido conectivo que necesitemos para realizar el injerto. Si no necesitamos mucho tejido podemos tomarlo de la tuberosidad del maxilar. Cuando la cantidad de tejido que necesitemos sea más grande tendremos que recurrir al paladar.

Ambas zonas tienen ventajas e inconvenientes tanto para el paciente como para el odontólogo. Por ejemplo, la ventaja de extraer tejido del paladar es que el acceso a esta zona de la cavidad bucal es más sencillo y que podemos tomar mayor cantidad de tejido pero tenemos como inconveniente un postoperatorio más molesto para el paciente.

En el caso de la toma de tejido de la tuberosidad maxilar, la cantidad de tejido que podemos obtener es menor y se requiere una mayor habilidad del odontólogo para acceder a la zona y realizar la obtención del injerto con éxito. Por otra parte, tenemos la ventaja de que el postoperatorio es menos molesto para el paciente. Y otro aspecto a tener en cuenta es la presencia de cordales en cuyo caso será complicada la toma del injerto de esta zona.

1. Dorfman HS, Kennedy JE, Bird WC. Longitudinal evaluation of free autogenous gingival grafts. J Clin Periodontol 1982;53:349-52

2. Wennström JL. Lack of association between width ofattached gingival and development of gingival recessions. A 5-year longitudinal study. J Clin Periodontol 1987;14:181-4.

3. Lindhe J. Clinical Periodontology and Implant Dentistry. Blackwell, 2003

4. Zucchelli y de Sanctis. Treatment of multiple recession-type defects in patients with esthetic demands. J Periodontol (2000)vol. 71 (9) pp. 1506-14.

5. Sullivan HC, Atkins JH. Free autogenous gingival grafts. III. Utilization of grafts in the treatment of gingival recession. Periodontics 1968;6:152-60.

6. Miller PD. A Classification of Marginal Tissue Recession. Int J Periodont Rest Dent 1985;2:9-13.

7. Raetzke PB. Covering localized areas of root exposure employing the “envelope” technique. J Periodontol. 1985;56:397-402.

Dr. Isidoro Cortell Ballester | MD, DDS, MS, PhD

Dra. Raquel González Martínez | DDS, MS, PhD