Mitos sobre los implantes dentales
Los procedimientos en implantología dental llevan usándose más de 35 años y están contrastados como un método eficaz para suplir la falta de dientes. Los implantes dentales son la mejor solución para sustituir uno o varios dientes y una gran alternativa para devolver la estética y la función masticatoria a los pacientes.
Sin embargo, hoy en día, muchas personas siguen teniendo sus dudas o dando por ciertas algunas afirmaciones que son completamente falsas, pues existen ciertos mitos o bulos alrededor de estos que podrían mitigar la confianza en este tratamiento y truncar las expectativas.
El imparable crecimiento, abaratamiento y mejora de la eficacia y seguridad de la terapéutica de implantes dentales en los últimos años, no solo ha generalizado su empleo sino que también ha ido acompañado de una serie de falsas creencias, bulos o errores, algunos de ellos muy consolidados en la sociedad. Aclaramos algunas dudas.
1. Los Implantes dentales son para toda la vida
La estimación general de la duración de los implantes es distinta en cada paciente y no existe una caducidad conocida. Sin embargo, los implantes no están exentos de sufrir enfermedades, siendo mayor el riesgo de fracaso o complicaciones en los pacientes con periodontitis no diagnosticadas y/o no tratadas, en pacientes fumadores y en aquellos que no son capaces de mantener una higiene bucodental adecuada. En el caso de personas que fuman, diabéticos o tienen otros problemas de salud, esta duración puede verse significativamente reducida. Y, por supuesto, la falta de higiene dental provocará infecciones que también afectarán al tiempo de vida útil de estos implantes.
El tratamiento y control de la enfermedad periodontal previa a la colocación de implantes minimiza el riesgo de pérdida de hueso alrededor de los implantes. Los avances en tecnología y materiales permiten ofrecer unos resultados impensables hace unos años, tanto en estética como en funcionalidad y durabilidad. Unos cuidados básicos de higiene y las visitas regulares a tu dentista te ayudarán a conservar tus implantes. La evidencia científica demuestra que los pacientes que han recibido terapia periodontal y que han sido introducidos en un programa de mantenimiento presentan menores complicaciones con sus implantes.
2. Soy mayor, ¿para qué colocarme implantes dentales?
Una función masticatoria óptima es de gran importancia a cualquier edad y los implantes dentales son la mejor opción para restituir un diente. La vejez no es un condicionante o impedimento para la colocación de implantes. La única limitación es el estado de salud del paciente y, por ello, es importante realizar una buena historia clínica, pues el profesional debe conocer la situación de salud o enfermedad, toma de medicamentos etc. de toda persona que opte por un tratamiento con implantes.
Sí existe, en cambio, una edad mínima para la indicación de una terapéutica de implantes: es a partir de los 18 años cuando se estima que ha finalizado el periodo de crecimiento óseo, por lo que se aconseja retrasar este tipo de solución terapéutica a la mayoría de edad, aunque es importante que se valore de forma individual.
3. Miedo al rechazo
Los implantes dentales están fabricados de titanio quirúrgico, material absolutamente inerte, biocompatible, con capacidad de integrarse en el hueso y muy bien tolerado por los tejidos blandos. No es un material nuevo; de hecho, es usado desde hace varias décadas en diferentes especialidades médicas en forma de válvulas cardíacas, placas, tornillos y prótesis tras lesiones traumatológicas. El titanio es un metal que no ha demostrado ninguna reacción tóxica, ni irritativa sobre los tejidos vivos, y esto quiere decir que el organismo no lo reconoce como extraño. Hasta la actualidad no se ha identificado rechazo biológico de un paciente hacia un implante, aunque es cierto que puede haber fracasos en la oseointegración (proceso por el cual el implante se fija al hueso). Estos fracasos tempranos suelen ser escasos y habitualmente están relacionados con infecciones, malas condiciones biológicas de la zona operada y/o el exceso de carga o fuerza no adecuada sobre el implante.
También puede haber complicaciones por problemas de salud previos o preexistentes del paciente, pero conviene aclarar que no existe el rechazo del implante como tal. De todas formas, el que suceda un fracaso de un implante no “condena” al paciente a no poder llevar implantes en su vida, pues una vez retirado, y transcurrido el periodo de curación de los tejidos, puede colocarse otro y tener una oseointegración exitosa.
4. La colocación de un implante es un proceso muy doloroso
Es un tratamiento complejo, pero no doloroso, ya que se realiza con anestesia local, o que puede estar acompañada de sedación asistida si la complejidad del caso lo requiere. Los implantes pueden ser colocados en cirugías ambulatorias de poco tiempo de duración bajo el efecto de la anestesia local y la recuperación suele ser rápida si se cumplen todas las indicaciones del especialista. El posoperatorio tampoco es especialmente doloroso ni molesto. Cada caso es diferente, así que será el profesional quién instaurará la medicación óptima para el confort del paciente durante los primeros días tras la intervención.
5. Cualquier dentista puede colocar los implantes
El profesional dental que coloque los implantes debe estar capacitado en cirugía implantológica y tener los conocimientos, habilidades y experiencia necesarias en el manejo de tejidos duros y blandos (esto es, hueso y encía). Y es que, en ocasiones, para llegar al resultado óptimo con implantes se hacen necesarios tratamientos más complejos como procedimientos de regeneración ósea e injertos de encía. El especialista ha de valorar también la necesidad de tratamiento previo de las encías o de simultanear con otros tipos de tratamientos (protésico, rehabilitador, ortodóntico y oclusal) que favorezcan la realización exitosa del tratamiento con implantes. También debe conocer y saber actuar frente a los factores de riesgo que pueda presentar el paciente.
6. Con poco hueso, no hay implante
De forma errónea, se cree que si un paciente tiene poco tejido óseo en los huesos maxilares no podrá ser candidato a un implante dental. Esto es completamente falso. Existen diversos métodos y técnicas (como la regeneración ósea o las técnicas de colocación de implantes en arbotantes anatómicos) que permiten rehabilitar los huesos o la colocación de implantes mediante diferentes tratamientos. Los injertos de hueso, así como los avances en tecnología y materiales, permiten ofrecer unos resultados óptimos. Hoy en día, las técnicas complejas de regeneración ósea vertical y horizontal son rutinarias. La mejora en el conocimiento y los numerosos estudios científicos que avalan este tipo de técnicas, han convertido su puesta en práctica en un éxito.
7. No hace falta cuidar los implantes
Deben ser cuidados igual que los dientes naturales, manteniendo una adecuada higiene bucodental para evitar enfermedades como la mucositis o la periimplantiitis. Hay que aplicar una correcta limpieza oral así como seguir visitas periódicas de control y mantenimiento periodontal e implantológico. Durante las visitas al especialista, se controlarán los factores de riesgo como el tabaco, ciertas enfermedades sistémicas y la enfermedad periodontal. Los pacientes deben ser evaluados en intervalos regulares para monitorizar la condición de sus tejidos periimplantarios, siendo necesario revisar su eficacia en la práctica de la higiene oral y eliminar tanto los depósitos bacterianos visibles como aquellos no visibles (localizados por debajo de la encía). Es muy importante revisar periódicamente el estado de las prótesis, su ajuste, necesidad de reparación y comprobar la facilidad de higienización.
Todo tratamiento que conlleve la colocación de implantes exige que al paciente se le transmita tanto la importancia del cuidado diario como las habilidades e instrumentos necesarios para que pueda mantener un correcto control de la salud de sus implantes.
8. Si tengo implantes no puedo hacerme resonancia magnética
La prueba de resonancia magnética nuclear (RMN) es un procedimiento utilizado para el diagnóstico y muy útil para las exploraciones musculoesqueléticas, cerebrovasculares. etc., que se utiliza para obtener imágenes de alta resolución del cuerpo humano, sobre todo de los tejidos blandos. Es un procedimiento no invasivo que no emplea radiación ionizante (rayos X). Es verdad que los aparatos RMN pueden interferir con objetos de hierro o ferromagnéticos, pero los implantes dentales están hechos de titanio o zirconio y no se incluyen en estas categorías. No obstante, antes de una RMN, es importante avisar que se es portador de un implante dental para que lo tengan en cuenta los profesionales.
9. ¿Se notará que llevo un implante dental?
La Implantología ha evolucionado enormemente en las últimas décadas de manera que, en la actualidad, se prioriza, no solamente obtener su fijación, sino alcanzar también un resultado estético óptimo. El manejo de los tejidos duros, y, sobre todo, de los tejidos blandos, va a favorecer estos buenos resultados estéticos. El objetivo de los profesionales que se dedican a la Implantología es la precisión y el éxito del implante, y consiste en la obtención de una prótesis que pase desapercibida, es decir, que no difiera del resto de la boca.
10) Los implantes no funcionan: tengo varios conocidos que han tenido muchos problemas
Un implante está sometido a una serie de factores que hacen que no todos consigan anclarse al hueso, existiendo una tasa de éxito de esta osteointegración que varía sustancialmente. Esta falta de osteointegración o fracaso temprano, que oscila entre el 1 y 8%, puede deberse a una curación inadecuada, la contaminación del implante durante el momento de colocación, un lecho óseo de calidad insuficiente o la aplicación de fuerzas excesivas sobre el mismo antes de que esté cicatrizado. Son múltiples los factores que pueden afectar a la capacidad del organismo para integrar el implante.
Con todo, la implantología actual, realizada de forma correcta, siguiendo unos protocolos quirúrgicos sensatos y seleccionando de forma adecuada aquellos pacientes que pueden ser portadores de implantes, permite asegurar que es una alternativa exitosa al reemplazo de los dientes naturales no viables. Sin embargo, una vez pasada la etapa de osteointegración del implante (cuando este ya está anclado al hueso), empieza el verdadero reto para el paciente: mantener sus implantes en un correcto estado de salud para que estén en boca durante muchos años.
11) Quiero colocarme implantes, pero no realizar otros tratamientos
Para que los implantes sean un tratamiento de éxito a corto, medio y largo plazo es imprescindible que haya una óptima salud de las encías, por lo que en encías enfermas no deben hacerse tratamientos de implantes. Así pues, antes de colocar un implante, la boca debe estar sana y libre de infecciones: una deficiente salud periodontal previa a la colocación puede reducir la eficacia de este recurso terapéutico y acortar sustancialmente su vida media. No se debe olvidar que la periodontitis es el principal factor de riesgo para desarrollar periimplantitis.
Tras la colocación de implantes, hay que seguir un programa de seguimiento o mantenimiento, en el que el equipo de salud bucodental higienizará dientes e implantes, comprobará la estabilidad de los tejidos alrededor de este y la integridad de la restauración; y, en caso de ser necesario, recomendará el uso de enjuagues u otros tratamientos específicos.
Deben ser cuidados igual que los dientes naturales, siendo imprescindible mantener una adecuada higiene
12) Hay clínicas dentales muy caras, me colocaré los implantes en un centro más barato
La diferencia de precio en el tratamiento con implantes en diferentes clínicas no solo radica en las diferentes necesidades de cada paciente y en la propia ley de la oferta y la demanda, sino también en el tipo de atención que se ofrece y, sobre todo, en la calidad del servicio y de los materiales empleados. En la terapia de implantes, los barato puede salir muy caro.
Fuente: SEPA