Odontólogos y el contagio del SARS-COV-2
A las seis y veintidós minutos de la tarde del treinta de marzo de 2020, los datos del Ministerio de Sanidad reportan más de 85.000 contagiados y casi 7.400 fallecidos en España como consecuencia de la enfermedad COVID19 provocada por el virus SARS-COV-2.
A pesar de que no se dispone de datos suficientes para delimitar la tasa de mortalidad de este nuevo virus, y aunque todo parece apuntar a que sería mucho menor de lo que reflejan las cifras oficiales, sí existen datos para afirmar que su capacidad de contagio es superior a la de la cepa de gripe aviar que nos puso ya en alerta hace diez años y que, según datos del Sistema de Vigilancia de la Gripe en España, sólo el año pasado, provocó el deceso de 6.300 personas en nuestro país.
Teniendo en cuenta estos datos, parece factible que, en este momento, el número de infectados por SARS-COV-2 en nuestro país supere los cuatrocientos cincuenta mil afectados de Gripe que refiere el estudio del SVGE como apuntan diferentes estudios locales, regionales e internacionales, es decir; las proyecciones matemáticas, y cierta lógica inherente a los datos que sí conocemos, apuntarían a que el número de infectados en España por el SARS-COV-2 son más de los que reflejan los datos suministrados por el Ministerio de Sanidad.
El motivo no es otro que la falta de pruebas de contagio en un mayor porcentaje de la población, sea por falta de medios o por el menor margen de reacción que permite un virus con la alta tasa de contagio del SARS-COV-2. Es muy probable que, con el paso de los días y la realización de tests a un mayor número de personas, el número de contagiados aumente significativamente y la tasa de mortalidad disminuya.
Sea como sea, lo que deriva en evidencia de la tasa de contagio de este nuevo virus es la necesidad de frenar su propagación y, en este sentido, identificar los posibles focos de irradiación es fundamental para lograrlo.
Uno de los sectores profesionales con mayor índice de exposición y contagio es el de la Odontología. Un artículo reciente de The New York Times indaga sobre cuáles son las profesiones que mayor riesgo tienen a la hora de contagiarse y contagiar el virus. Este artículo pone en cabeza a la Odontología como la profesión con mayor riesgo debido a varios factores:
• la atención a pacientes.
• la actividad en la cavidad bucal y la presencia de saliva.
• el trabajo con ultrasonidos y materiales rotatorios que producen aerosoles.
Cómo se transmite el SARS-COV-2
El SARS-COV-2, el virus que provoca la enfermedad COVID19, no se transmite por el aire.
En un estudio publicado este fin de semana, la OMS establece la conclusión de que éste coronavirus se transmite únicamente por contacto con las gotitas respiratorias que una persona contagiada proyecta al estornudar o al toser.
«La transmisión por gotitas se produce cuando una persona que se encuentra en estrecho contacto (menos de un metro) de otra que tiene síntomas respiratorios (como tos o estornudos) y entra así en riesgo de poner sus propias mucosas (boca y nariz) o sus ojos expuestos a sus gotitas respiratorias potencialmente infecciosas», explica el estudio de la OMS, «así, el contagio puede producirse por contacto directo con una persona infectada o por contacto con una superficie o un objeto sobre el que ésta haya tosido o estornudado».
Para que las partículas infectadas de este coronavirus se transmitan a más de un metro serían necesarias circunstancias muy específicas vinculadas a tratamientos médicos en los que se genera un efecto aerosol como en una intubación, en una respiración asistida o, como en el caso que nos ocupa, el trabajo con ultrasonidos y materiales rotatorios que producen aerosoles.
Un artículo publicado en la New England Journal of Medicine este mes de Marzo indica que el coronavirus sobrevive en aerosol al menos hasta 3 horas y este fue eltiempo que duró el experimento por lo que, probablemente, sobreviva incluso más tiempo.
Para aquellos lectores no versados en la literatura odontológica, los ultrasonidos o el instrumental rotatorio (fresas), son herramientas que nos permiten, por diferentes técnicas, eliminar la superficie del diente o del hueso necesarias para realizar determinados tratamientos odontológicos. Por ejemplo, cuando realizamos una endodoncia, es necesario eliminar la parte del diente dañado antes de proceder a la rehabilitación de dicho diente. Para ello, introducimos en la boca del paciente una herramienta de fresado que dispone de un cabezal rotatorio que aplica agua al mismo tiempo que desbasta la superficie del diente. Este proceso es el que genera los aerosoles, mezcla de agua y material biológico del paciente, que pueden provocar el contagio.
Por otro lado, y aunque el facultativo esté provisto de mascarilla, la proximidad entre el odontólogo y el paciente a escasos centímetros durante un periodo prolongado de tiempo, puede provocar el contagio en ambas direcciones.
Por estos motivos, el Consejo General de Dentistas de España ha recomendado limitar en lo posible la práctica odontológica a excepción de urgencias.
Esperamos que este artículo haya contribuido a disipar algunas dudas sobre los motivos por los que la gran mayoría de clínicas dentales hemos optado por reducir nuestras consultas.
Son momentos excepcionales que exigen la responsabilidad de todos.
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