implantes dentales valencia

Materiales de implantes dentales; titanio y zirconio en Implantología

Materiales de implantes dentales

Con los protocolos clásicos en implantología dental, el periodo habitual que transcurre entre la colocación de los implantes dentales y la prótesis dental varía entre 4 y 8 meses.

Los nuevos diseños y materiales utilizados en el desarrollo de implantes dentales ofrecen la posibilidad de acortar estos plazos hasta el punto de que podemos realizar procedimientos a nuestros pacientes en los que les colocamos unas prótesis dentales sobre los implantes en tan solo 24 horas.

Sin embargo, sean implantes a los que vamos a cargar una prótesis inmediata o implantes para los que hayamos determinado la carga posterior de una prótesis definitiva, no deja de ser relevante el trabajo de I+D que hay detrás del diseño y desarrollo de los implantes dentales y en este artículo queremos hablaros de algunos de los materiales más comunes en su fabricación y cómo estos se determinan bajo criterios de durabilidad y compatibilidad con los tejidos biológicos o la osteointegración del implante dental.

Implantes de titanio

Desde que la evidencia científica demostró sus capacidades, el titanio es el material más utilizado para el desarrollo y diseño de implantes dentales.

El titanio es un metal de color similar al acero, más ligero que éste, fácilmente moldeable y de una extrema dureza. Pero más importante que su adaptabilidad, al objeto que nos ocupa, es su biocompatibilidad, la que hace que el titanio sea uno de los materiales idóneos para trabajar en implantología dental.

Cuando hablamos de biocompatibilidad nos referimos a que el titanio es un material que el organismo acepta con mayor facilidad y sólo rechaza en raras ocasiones. Para lograr que un implante tenga éxito, los materiales de dicho implante también son parte importante en el proceso.

Cuando un implante se “adapta” al entorno en el que ha sido implantado  y cumple la función para el que está diseñado – ser sustento de la prótesis dental – hablamos de osteointegración; unión mecánica a través de la cual las células del hueso se adhieren a la superficie del implante consolidando de forma progresiva su fijación al hueso maxilar o mandibular.

Hoy, más del 95% de los implantes dentales comercializados están desarrollados con diferentes aleaciones de titanio.

Implantes dentales de zirconio

materiales implantes dentalesPartiendo de la base de que el titanio y sus diferentes aleaciones están más sustentados por la evidencia científica y por un mayor número de estudios y ensayos clínicos, los nuevos implantes cerámicos de zirconio nos permiten resolver algunos casos concretos en los que el paciente presenta biotipos periodontales muy delgados y/o tendencia a perder encía. Otro motivo para el uso de los implantes de zirconio puede ser que estemos tratando con pacientes que no puedan alojar metales en su organismo por estar frecuentemente sometidos a resonancias magnéticas nucleares.

El zirconio es un material cerámico extremadamente resistente, duro y ligero. Además de estas  características, su color blanco es muy similar al de los dientes lo que lo convierte en un material idóneo para las prótesis dentales y todas estas variables nos ofrecen unos muy considerables ratios de durabilidad, eficacia y eficiencia siempre que se mantengan unas óptimas condiciones de higiene oral y su implantación haya sido correcta.

Otra de sus ventajas es que evita la formación de placa bacteriana a su alrededor, resiste bien la corrosión de los ácidos y asimila bien los cambios de temperatura.

A diferencia del titanio, el zirconio se consolida por biointegración: en lugar de una unión mecánica, los implantes de zirconio se consolidan a través de una unión química entre la superficie del hueso y la superficie del implante. Algunos estudios determinan que la biointegración es más rápida e intensa que la osteointegración y que la consolidación de los implantes de zircono  pueden evitar futuras infecciones fruto de la acumulación de bacterias sub-gingivales.

Tratamiento de la superficie de los implantes dentales

Los diferentes tipos de implantes que encontramos en el mercado no sólo se diferencian por los materiales con los que están construidos y tan importante como los materiales del implante dental son los tratamientos a los que están sometidos, el acabado de la superficie y la naturaleza de su recubrimiento.

Más allá del material de confección, es un hecho probado que de la superficie del implante depende, en parte, la osteointegración entre el cuerpo extraño que es el implante y el organismo vivo que supone el hueso del paciente.

Otra evidencia científica es que a mayor superficie del implante mayor osteointegración fisiológica, estructural y funcional pero, por otro lado, se sigue trabajando en transformar  materiales bioinertes sin capacidad osteogénica en materiales bioactivos capaces de estimular la formación de hueso sobre toda la superficie del implante.

Aunque la estructura y composición interior del implante suele ser metálica (titanio y sus aleaciones y combinaciones), suele estar recubierto por materiales metálicos, cerámicos, poliméricos, etc.

Para favorecer y mejorar la osteointegración de los implantes, se realizan diferentes tratamientos sobre su superficie entre los que podemos destacar:

La pasivación

Consiste en cubrir la superficie del implante con una capa de óxido que elimina restos orgánicos e inorgánicos y evita la liberación de iones metálicos. De este modo, se aumenta la biocompatibilidad, se favorece la resistencia al desgaste y se aumenta la dureza de la superficie.

La anodización

En este tratamiento, una corriente eléctrica atraviesa el metal produciendo una capa más gruesa de óxido en la superficie del material  aumentando la resistencia a la corrosión del implante.

La texturización

Básicamente, una superficie lisa presenta una menor superficie de contacto que una superficie rugosa. El proceso de texturización aumenta hasta seis veces el área de la superficie del implante aumentando su capacidad de osteointegrar al aumentar la superficie en contacto con el hueso. También aumenta la resistencia del implante a la corrosión y su fatiga mecánica.

Para aumentar la superficie del implante y generar rugosidades y asperezas existen diferentes  técnicas como el uso de agentes ácidos sobre el titanio, el Sand Blasting (bombardeo de un chorro de partículas de extrema dureza que genera rugosidad y textura sobre el implante), pulverización con plasma spray de titanio, tratamiento láser de la superficie del implante o la implantación iónica.

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