Qué es la placa bacteriana
Casi desde el momento en que nacemos, en nuestra cavidad bucal comienzan a aparecer diferentes microorganismos que estarán presentes en nuestra boca a lo largo de toda nuestra vida.
De hecho, nuestro cuerpo convive en armonía con millones de estos microorganismos y, algunos de ellos, cumplen funciones específicas que son beneficiosas para nuestra salud. Uno de los lugares donde se acumula gran parte de estos microorganismos es la cavidad oral.
Y es que la boca es un hábitat perfecto para el desarrollo de todo tipo de microorganismos ya que está directamente abierta al exterior y mantiene condiciones de humedad y oxigenación perfectas.
Además, en la cavidad oral, estos microorganismos encuentran fácilmente alimento aprovechando los restos de comida que se quedan en los dientes, encías, lengua y otras superficies de la boca. Para que estos microorganismos se desarrollen dentro de un equilibrio saludable, nuestro cuerpo dispone de un mecanismo de protección que, a través de la regulación del pH, limita el tipo de bacterias que puede vivir en la boca. Estamos hablando de la saliva.
Por lo tanto, es importante destacar que, siempre que se encuentren en cierta cantidad y equilibrio, la mayoría de las bacterias que podemos encontrar en la boca no son necesariamente nocivas. El problema aparece cuando el equilibrio se rompe y las bacterias potencialmente patógenas empiezan a provocar enfermedades como la caries o las enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).
Por eso resulta fundamental mantener una buena higiene oral que evite que los microorganismos patógenos colonicen nuestra boca.
Microorganismos y placa bacteriana
A partir de las proteínas que contiene la saliva, sobre nuestros dientes se forma una capa invisible a la que denominamos película adquirida y, sobre ésta, se depositan diferentes especies de bacterias. El resultado es lo que se conoce como placa bacteriana.
Los componentes proteicos e hidratos de carbono – concretamente azúcares – procedentes de los restos de los alimentos que ingerimos sirven de alimento a las bacterias que se encuentran en la placa. Una deficiente higiene bucal provoca el desarrollo de esta placa que, además, suele calcificarse al entrar en contacto con las sales cálcicas contenidas en los alimentos y en la propia saliva. Esta es la manera en la que se forma el sarro, cálculo dental o tártaro.
La placa bacteriana y el cálculo dental se adhieren a los dientes y ya no es suficiente un enjuague bucal o el cepillado para eliminarla. En este momento es cuando resulta imprescindible que un odontólogo, o un higienista, practique en el paciente una higiene dental para eliminar la placa en la totalidad de la superficie dental y los espacios interdentales.
Cuando estos depósitos bacterianos se encuentran subgingivalmente (por debajo de la encía) a niveles más profundos, ya será necesario realizar tratamientos más específicos que nos permitan eliminar estas bacterias de forma efectiva. Estos pacientes están afectados por una patología periodontal, es decir, la colonización de las bacterias ha provocado la inflamación de los tejidos gingivales o encía y posteriormente la reabsorción ósea que rodea la raíz. En estos casos deberemos ponernos en manos de un odontólogo, preferentemente periodoncista, para realizar los raspados y alisados de la raíz. Previo diagnóstico mediante un periodontograma y una seriada radiográfica que nos permita medir objetivamente la pérdida de inserción de cada uno de los dientes. Se requerirá de una monitorización posterior mediante visitas de mantenimiento para el resto de nuestras vidas.
Efectos de algunas bacterias patógenas
Las bacterias que podemos encontrar en la placa bacteriana son de diferentes especies, pero, dependiendo de la bacteria patógena que predomine en su actividad sobre los dientes y encías, tendremos diferentes efectos sobre nuestra salud bucodental, entre los que destacamos:
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Caries
Si predominan bacterias que producen ácidos (ácido láctico) al metabolizar los azúcares.
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Enfermedad periodontal
Si las bacterias dominantes producen sustancias básicas al metabolizar los azúcares, pueden causar la inflamación y posterior destrucción del periodonto, lo que se conoce como enfermedad periodontal (gingivitis o periodontitis).
Cuando en la placa no encontramos una proliferación bacteriana con capacidad para agredir o lesionar los dientes y el periodonto hablamos de placa inocua.
Por otro lado, la concentración y composición de la flora bacteriana bucal depende de muchos factores. Estos son algunos de ellos:
- Disponibilidad y tipo de nutrientes
- Temperatura
- pH de la saliva
- Concentración de oxígeno
- Sistema inmunológico
- Características anatómicas de la cavidad oral
- Nivel de higiene dental
Como podemos comprobar, algunos de estos factores son difíciles de controlar, pero, básicamente, una correcta higiene bucodental, los hábitos de salud adecuados y las visitas regulares al dentista para realizarse controles y, en su caso, higienes dentales completas, son suficientes para mantener una buena salud bucodental.
En este artículo os explicamos cómo combatir la placa bacteriana a través de un control químico.
Dra. Raquel González DDS, MSc, PhD