- El bruxismo y la acidez pueden desgastar los dientes hasta el punto de afectar a la función masticatoria y generar problemas de hipersensibilidad dental.
- Tratamiento de rehabilitación con carillas de silicato, corona de disilicato en 1.2 y carillas de resina compuesta para recuperar la guía canina.
El reflujo gastroesofágico o reflujo gástrico es una afección del esfínter esofágico que provoca que los alimentos y los acidos del estómago retrocedan hacia el esófago.
Cuando comemos, los alimentos convertidos en el bolo alimenticio pasan desde nuestra boca hasta el estómago a través del esófago. Para que la comida permanezca en el estómago, entre éste y el esófago tenemos un anillo de fibras musculares (esfínter esofágico inferior o EEI) que no permite a la comida realizar el sentido inverso al proceso de deglución.
Cuando este esfinter o anillo muscular no realiza correctamente su función los contenidos del estómago pueden volver al esófago acompañados de los ácidos gástricos encargados de la digestión. El problema es que, mientras que las paredes del estómago están especialmente preparadas para el proceso digestivo, los ácidos gástricos pueden dañar el revestimiento interior del esófago provocando irritación y sensación de ardor al paciente.
Esta patología es la que conocemos coloquialmente como acidez o ardor de estómago y no solo puede provocar molestias durante la digestión; el reflujo gástrico también puede dañar nuestros dientes.
El pH bucal
El pH de una disolución es la que determina si es ácida o alcalina. En el caso de la cavidad bucal, el pH idóneo es ligeramente alcalino y su medida está en torno a 7,4.
Cuando sufrimos reflujo gastroesofágico (acidez) los jugos gástricos no solo afectan al esófago; también alteran al pH de nuestra cavidad bucal. Un pH ácido en nuestra boca provoca la desmineralización del esmalte de nuestros dientes favoreciendo la aparición de enfermedades como la caries, la acumulación de cálculo supragingival y patologías como la periodontitis.
En estos casos, además de tratar las posibles causas del reflujo gástrico (hernia de hiato, obesidad, embarazo, esclerodermia, tabaquismo, etc.), un paciente con acidez tendrá que cuidar especialmente su higiene bucodental y tratar de mantener el pH adecuado en su cavidad oral. Al uso de antiácidos y el cepillado y/o enjugue de los dientes , es muy recomendable sumar el consumo de chicles sin azúcar tras las comidas para aumentar la producción de saliva que ayude a equilibrar el pH de nuestra boca.
En el caso que traemos hoy a nuestro blog, nuestra paciente, además de sufrir reflujo gastroesofágico, también es bruxista y, como vimos en otro de nuestros artículos, la combinación de la acidez y el bruxismo puede provocar un rápido desgaste de nuestros dientes.
Qué es el bruxismo
El bruxismo es una parafunción que consiste en el hábito involuntario de apretar los dientes superiores contra los inferiores y, en la mayoría de los casos, el paciente aprieta o rechina sus dientes de manera involuntaria, por lo que no tiene constancia del problema.
El bruxismo, por sí mismo, ya provoca el desgaste de los dientes por el efecto de la fricción entre ellos pero si, además, los dientes están debilitados por el efecto de la acidez de nuestra boca como consecuencia del reflujo gastroesofágico, el proceso de desgaste se acentúa.
A parte del evidente problema estético que provocan, el bruxismo y la acidez pueden desgastar los dientes hasta el punto de afectar a la función masticatoria y generar problemas de hipersensibilidad dental.
Tratamiento de rehabilitación
Además de las pertinentes recomendaciones alimenticias, de higiene bucodental y el uso de una férula de descarga para retrasar y/o evitar los efectos del bruxismo, el evidente desgaste que presentaba nuestra paciente en incisivos y caninos del maxilar superior recomendaba el tratamiento de rehabilitación dental tanto por motivos estéticos como funcionales.
En este caso, procedimos a rehabilitar los incisivos superiores 1.1, 2.1 y 2.2 con carillas de disilicato de litio. Como la paciente era portadora de una corona ceramo-metálica antigua en el incisivo 1.2, decidimos retirarla y colocar una nueva corona de disilicato del litio y para recuperar la guía canina realizamos carillas de resina compuesta en ambos caninos superiores (1.3 y 2.3).
Un caso clínico de la Dra. Fenellós
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